El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, describió la situación como “el peor desastre” de la historia del estado. Esto se puede observar en las imágenes que se compartieron tras el fenómeno, donde se ven enormes superficies totalmente anegadas, ríos arrasando puentes y carreteras, y rescates de personas en techos o a punto de ser arrastradas por crecidas.
Con respecto a eso, el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, viajó a Río Grande do Sul y aseguró que “ no faltarán recursos” para afrontar la crisis.
Brasil: las condiciones climáticas dificultan las tareas de ayuda
Tras el desastre, las previsiones meteorológicas indican que las fuertes lluvias continuarán hasta el sábado, por lo que la situación podría empeorar. Además, las lluvias persisten y dificultan las tareas de socorro ya que numerosas zonas aún son inaccesibles.
Esta es la segunda catástrofe que sufre en un corto tiempo Rio Grande Sul. En septiembre pasado, un devastador ciclón dejó al menos 31 personas fallecidas.
Según los expertos, el calentamiento global agudiza la intensidad y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos que han golpeado Brasil. La situación se agrava aún más por el fenómeno climático de El Niño.
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