Enfrentando una significativa disminución en las ventas en el mercado argentino sumado a dificultades para colocar su producción en Brasil, la reconocida fabricante de electrodomésticos Whirlpool implementó un recorte de personal en su planta ubicada en la localidad bonaerense de Pilar. Este ajuste resultó en la reducción de la actvidas en uno de sus turnos de producción y el recorte de al menos 60 empleos, de una plantilla total que supo llegar a las 400 personas.
Tan sólo dos años después de haber sido puesta en funcionamiento como una apuesta para abastecer al mercado interno pero, más que nada, exportar en torno al 70% de la producción a Brasil toda una serie de factores se combinaron para forzar un freno. El golpe más reciente fue la baja de aranceles para la importación de lavarropas y heladeras, lo que ha intensificado la presión sobre los productores locales por parte de los bienes importados.