Un estudio interinstitucional, con participación de la UNNE, analiza el impacto que se genera en el suelo por el paso de maquinarias cosechadoras y carros graneleros durante la etapa de cosecha del maíz. En base a los resultados preliminares, se planea el diseño de estrategias de cosecha con el tráfico controlado para atenuar los impactos.
En la actividad agrícola, las maquinarias utilizadas son cada vez más avanzadas pero también más grandes, con el objetivo de maximizar su capacidad operativa. Así, una máquina cosechadora puede pesar más de 20 toneladas.
Esta magnitud, teniendo en cuenta los dos ejes que poseen, arrojan una presión de carga de casi diez toneladas por eje, cuando el suelo tiene una capacidad promedio de soportar peso de 5 toneladas sin que sufra problemas por compactación.
A esa presión, debe sumarse además el peso del carro granelero que acompaña a las máquinas cosechadoras, que pueden cargar hasta 30-35 toneladas.
En ese contexto, de auge de maquinarias de gran porte como factor de riesgo para la degradación del suelo, un equipo de investigadores consideró necesario analizar el impacto que se genera en el suelo por el paso de las máquinas durante la cosecha del maíz.
Para ello, se estudió la compactación causada por el tráfico de dos tipos de cosechadoras de uso convencional y un equipo tractor más carro granelero con dos condiciones de carga, de tolvas vacías y tolvas llenas.
Como variables relevantes se estudiaron la resistencia a la penetración (RP) y densidad aparente (Da), con mediciones que se hicieron hasta los 40 cm de profundidad y en cinco sitios de muestreo.
El trabajo fue realizado por un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), la Estación Experimental INTA de Concepción del Uruguay, la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y de la Universidad Nacional de Luján (UNLu).
Entre las conclusiones preliminares del trabajo, se destaca que el tránsito del equipo tractor más carro granelero lleno fue el que mayor compactación causó en todas las profundidades de muestreo, superando los 60 centímetros ambos lados del centro de huella con datos de resistencia a la penetración y densidad superiores a los considerados críticos para el normal desarrollo radicular, se destaca en las conclusiones del estudio.
Se agrega que en el pasaje de las dos cosechadoras en condiciones llenas esta situación solamente se dio en el ancho de pisada de los neumáticos.
El análisis de las presiones de inflado y cargas de los neumáticos usados indicaron que las ruedas se encontraban en el límite de resistencia a las presiones utilizadas.
“Generar información específica con rigor científico sobre el tema es necesario porque las cosechadoras son cada vez más anchas y pesadas” explicó el Ing. Agr. Ramón Jesús Hidalgo, uno de los investigadores a cargo del estudio, y además profesor titular de las cátedras de “Mecanización Agrícola” de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y “Máquinas Agrícolas I” de la Facultad de Ingeniería de la UNNE.
Comentó que en relación al uso del suelo, existe una “compactación superficial”, de 0 a 20 centímetros de profundidad aproximadamente, que puede ser causada por el paso de máquinas, animales y uso intensivo con cultivos, mientras que si la compactación es mayor a los 20 centímetros de profundidad aparece la “compactación subsuperficial” que puede indicar, entre otras causas, el exceso de peso de las máquinas en la cosecha.
La compactación genera la impermeabilidad del suelo, afectando la productividad del mismo, como ser el buen desarrollo radicular, pudiendo mermar el rendimiento de futuros cultivos.
Pero frente al efecto de la compactación del suelo por el paso de maquinarias en la cosecha, no existen alternativas tecnológicas, aunque sí se pueden plantear pautas o estrategias de “tránsito controlado” de las máquinas por el campo.
“El paso o tránsito agrícola controlado es una estrategia que se está usando de manera muy frecuente en otros países, y estimamos factible propiciar este tipo de acciones para minimizar el problema de compactación en suelos destinados al cultivos del maíz” señaló el Ing. Agr. Hidalgo.
Detalló que se podría reducir la transitabilidad conjunta entre la máquina cosechadora y el tractor más carro granelero, diseñando lugares estratégicos para la descarga de las tolvas de las cosechadoras a los carros, sin que el tractor con el carro granelero ingresen al lote, entre otras acciones.
También se podría propiciar el uso de otros tipos de neumáticos y presiones, así como topes en los volúmenes cargados.
Reiteró que la principal medida sería utilizar maquinarias con menor peso por eje, sin embargo es poco probable frente a la tendencia creciente de utilización de cosechadoras con mayor capacidad de operación y mayor peso.
El investigador de la UNNE refirió que en la producción agrícola del país se lograron importantes avances en cuanto al manejo de los cultivos para lograr reducir los procesos erosivos y la degradación del suelo, no obstante, el tráfico de maquinarias de gran porte en la etapa de cosechas es un factor de riesgo que no fue debidamente atendido.
Indicó que la investigación realizada junto a las demás instituciones universitarias y el INTA se enfocó en la cosecha de maíz, pero se trata de una temática que afecta también, en distintos grados, a otros cultivos como soja, sorgo y arroz.
En esa línea, destacó la articulación con investigadores de cátedras afines de la UNNE, UNER y UNLu, así como con el INTA, que posibilita la realización de investigaciones con un fuerte componente de atención de las necesidades de los productores y la transferencia al medio de los conocimientos y desarrollos generados.
*Los resultados del estudio “Compactación del suelo causado por el tránsito de maquinarias en la cosecha de maíz” fueron publicados en la última edición de la Revista FCA-UNCUYO.