El escándalo del encubrimiento de los casos de pederastia en la Iglesia católica marcó el pontificado de Francisco tanto como el de sus antecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
En el caso del Papa argentino, impulsó una serie de reformas, no solo para que no vuelvan a ocurrir los abusos, sino también para avanzar en la reparación de las víctimas.
En febrero de 2017 se publicó una entrevista en la revista La Civilta Cattolica, en la que Francisco hablaba sobre distintos temas, entre ellos, el manejo que se había hecho de los casos de pederastia dentro de la Iglesia.
“Abusar de niños es una enfermedad. Y debemos esforzarnos más en la selección de los candidatos que quieran ser sacerdotes”, declaró.
El tema incluso lo llevó a pedir disculpas públicas.
“Desafortunadamente, hay un número considerable de víctimas. Me gustaría expresarles mi tristeza y dolor por el trauma que sufrieron”, dijo durante una audiencia papal en octubre de 2021.
“Esto es además mi vergüenza, nuestra vergüenza, mi vergüenza, por la incapacidad de la Iglesia durante tanto tiempo de ponerlos en el centro de sus preocupaciones”, añadió.
Entre sus medidas concretas está la abolición en 2019 del llamado “secreto pontificio” en casos de violencia sexual o abusos cometidos por clérigos, permitiendo a la Iglesia católica compartir “denuncias, testimonios y documentos procesales” con las autoridades civiles que los investigan.