Crece la popularidad de Lula da Silva
Según una reciente encuesta realizada por el instituto Quaest entre el 10 y el 14 de julio, luego del anuncio de las medidas arancelarias, la desaprobación de Lula retrocedió de 57% a 53%, mientras que la aprobación creció de 40% a 43%.
Ese marco viene legitimando el accionar del presidente de Brasil con respecto a los acuerdos con los Estados Unidos. Este mismo jueves, entrevistado por la CNN, señaló que “si el presidente Trump está dispuesto a tomar en serio las negociaciones en curso entre Brasil y EE.UU, estaré abierto a negociar lo que sea necesario. Pero lo importante es que la relación entre ambos países no puede continuar así“.
“Brasil debe cuidar de Brasil y de su pueblo, y no preocuparse por los intereses de otros. Brasil no aceptará nada impuesto. Aceptamos la negociación, no la imposición”, aclaró.
Estados Unidos redobla su apuesta contra Brasil y escala el conflicto
El gobierno de Estados Unidos inició una investigación contra Brasil por presuntas prácticas comerciales injustas en distintas áreas en medio de la escalada de tensiones entre las administraciones de Donald Trump y Lula da Silva, y en el marco de la intensificación de la guerra arancelaria del primero.
La decisión fue anunciada por el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, una semana después de que Trump amenazara con imponer aranceles del 50% a las importaciones brasileñas, y a días de que Lula firmara el decreto que le permitiría tomar contramedidas en caso de que dicho gravamen sea establecido.
“Por orden del presidente Trump, estoy iniciando una investigación bajo la Sección 301 (Ley de Comercio) sobre los ataques de Brasil a las empresas estadounidenses de redes sociales, así como otras prácticas comerciales injustas que perjudican a empresas, trabajadores, agricultores e innovadores tecnológicos estadounidenses”, declaró al respecto el titular de la Oficina del Representante Comercial (USTR, por sus siglas en inglés)
Las supuestas prácticas desleales brasileñas para con las empresas estadounidenses incluyen restricciones al comercio digital y represalias en redes sociales, así como la restricción al acceso al mercado de los exportadores de Estados Unidos.