Durante el acto se leyó un documento titulado “La inclusión y el bien común contra la cultura del descarte”, en el que los gremios afirmaron: “La deserción y desmantelamiento de áreas sensibles y estratégicas al interés de toda la sociedad como el Hospital Garrahan, la atención de la discapacidad, el INTA, Vialidad Nacional, Conicet, el Instituto Nacional del Cáncer, son acciones irresponsables e insostenibles”.
En otro tramo del texto, advirtieron: “Como representantes de las demandas sociales, no podemos resignarnos a ver cómo crecen la desigualdad, la precarización y la fragmentación del tejido productivo y social de nuestro país, aumentando la inequidad social”.
La CGT también subrayó la centralidad del empleo como derecho: “El trabajo no es un privilegio, es un derecho, es pilar de la dignidad humana y ordenador social, como fuente de derechos”.
El discurso incluyó uno de los mensajes más contundentes contra el oficialismo: “El ajuste económico no debe basarse en la destrucción del empleo o en el deterioro de su calidad. No avalamos políticas que recorten derechos laborales, que le pongan cepo a las paritarias libres o que desmantelen el Estado en nombre de una supuesta eficiencia”.
Sin embargo, la central obrera también dejó abierta la puerta al diálogo con el Ejecutivo: “Creemos en el diálogo social como herramienta clave y eje central en la búsqueda de consensos que posibiliten la puesta en marcha de políticas superadoras para dejar atrás una crisis que venimos soportando desde hace años y que golpea inequitativamente a la gran mayoría de nuestra sociedad”.
La CGT cuestionó además el estilo de conducción presidencial al señalar que “la descalificación, el agravio y la violencia verbal son incompatibles con la democracia y el necesario debate de ideas”.
Finalmente, los gremios remarcaron su visión de país: “Aspiramos a una sociedad con derechos, con más protección social, donde nadie sea prescindible; donde erradiquemos la mirada que convierte a los pobres en enemigos y a los excluidos en responsables de un destino inaceptable”.
“La CGT conmemora este 7 de agosto, día del patrono del trabajo, San Cayetano, reafirmando su compromiso con los valores históricos del movimiento obrero: el trabajo digno, la justicia social, la democracia participativa y un país con oportunidades para todos”, concluyeron.
“Todos juntos en la calle, demostrando que la paz social se construye con derechos, no con represión”, expresó UTEP, el sindicato de trabajadores informales que responde a los movimientos sociales, a través de sus redes sociales en referencia a las reiteradas acciones violentas del protocolo antipiquete aplicado por el Gobierno, en especial los miércoles, durante la marcha de los jubilados.
Antes, la UTEP anunció a través de un comunicado la convocatoria y remarcó: “Marchamos para demostrar que la comunidad organizada es la única respuesta frente a un modelo que nos quiere solos y vencidos“.
“Enfrentamos el desguace sistemático de la Economía Popular y la estigmatización de sus trabajadores; el empobrecimiento brutal de nuestros jubilados y pensionados, convertidos en la principal variable de ajuste de un gobierno insensible; la destrucción del empleo registrado, el cierre de PyMEs por la apertura indiscriminada de importaciones y una ola de despidos que no cesa en el sector público y privado“, enfatizaron en la convocatoria de UTEP.
Día de San Cayetano: la Iglesia pidió al Gobierno “cuidar el empleo y las fuentes laborales”
La celebración del 7 de agosto incluye una serie de actividades, que comienzan a las 12 de la noche, con los tradicionales fuegos artificiales. Los fieles vienen de distintos lugares del país para ser parte de la multitud que venera al Santo y que lleva un alimento no perecedero para los que menos tienen.
En la antesala de la celebración, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) envió un fuerte mensaje al gobierno nacional al llamar a “cuidar el empleo y las fuentes laborales” y pidió que sea “una prioridad indeclinable” del plan económico que lleva adelante Javier Milei.
En un contexto de fuerte caída del empleo formal, la Conferencia Episcopal remarcó que “la falta de trabajo hiere profundamente la dignidad de las personas” y advirtieron que “puede conducir al desaliento, al aislamiento y a la pérdida de sentido”.
En ese sentido, enfatizaron “que todo plan económico, cuidar el empleo y las fuentes laborales debe ser una prioridad indeclinable”. Y, en una crítica directa hacia la administración libertaria, advirtieron: “Ninguna medida puede considerarse exitosa si implica que los trabajadores pierdan su empleo o vivan con angustia e incertidumbre sobre su futuro”.
La UTEP publicó un duro documento contra el Gobierno
La UTEP, encabezada por Alejandro Gramajo, cercano a Juan Grabois y con fuerte vínculo con la Iglesia, emitió una convocatoria con fuerte contenido crítico hacia el Ejecutivo. “Marchamos para demostrar que la comunidad organizada es la única respuesta frente a un modelo que nos quiere solos y vencidos”, sostuvo el documento.
El texto enumera una serie de motivos que explican el viraje de una movilización religiosa hacia una jornada de lucha política, en defensa de los sectores más vulnerables y en rechazo al programa de ajuste estructural.
“Nos movilizamos en un gran frente de unidad para enfrentar un proyecto que ataca a todo el pueblo argentino. Enfrentamos: el desguace sistemático de la Economía Popular y la estigmatización de sus trabajadores; el empobrecimiento brutal de nuestros jubilados y pensionados, convertidos en la principal variable de ajuste de un gobierno insensible; la destrucción del empleo registrado, el cierre de PyMEs por la apertura indiscriminada de importaciones y una ola de despidos que no cesa en el sector público y privado; el desfinanciamiento planificado de la educación y la salud públicas, pilares de nuestra soberanía, mientras se benefician los grandes capitales y las corporaciones; la entrega de nuestra soberanía nacional a través de mecanismos como el RIGI, que regala nuestros bienes comunes a potencias extranjeras a cambio de nada; las declaraciones del embajador de Estados Unidos, Sr. Lámelas, quien celebra el ajuste y promueve una agenda de entrega y subordinación, en una inaceptable injerencia externa en los asuntos internos de nuestra nación; a las políticas de endeudamiento con el FMI que son una condena a futuras generaciones y la pérdida de soberanía sobre la planificación de nuestra economía; un discurso de odio y negacionismo que desprecia nuestra historia, ataca la cultura y busca romper los lazos de solidaridad que son la base de nuestra comunidad; la creciente violencia y la política de hostigamiento y persecución hacia nuestros hermanos y hermanas migrantes, impulsada por un discurso de odio que busca crear chivos expiatorios, en abierta violación de nuestras tradiciones de acogida y de la propia Constitución Nacional; a la decisión de un gobierno que destruye la salud pública donde se atienden millones de trabajadores humildes que no cuentan con obra social y destruye instituciones que salvan vidas y son reconocidas por la comunidad internacional como el Garrahan”, marca el comunicado.