Alerta mundial por brote masivo de metapneumovirus (HMPV) en China
Es este último el que está mostrando una incidencia superior en las personas menores de 14 años, especialmente en las provincias del norte.
¿Qué es el metapneumovirus humano (HMPV)?
El metapneumovirus humano (HMPV) fue descubierto en 2001 y pertenece a la familia de los Pneumoviridae, junto con el virus respiratorio sincitial (VRS). Este virus puede causar infecciones respiratorias tanto en las vías respiratorias superiores como en las inferiores, afectando principalmente a niños pequeños, personas mayores y aquellos con sistemas inmunitarios comprometidos.
Los grupos vulnerables incluyen:
- Niños menores de 5 años: Son más propensos a desarrollar infecciones respiratorias graves debido a su sistema inmunológico aún en desarrollo.
- Personas mayores de 65 años: La capacidad de su sistema inmunológico para defenderse de infecciones disminuye con la edad, lo que los hace más susceptibles.
- Individuos con enfermedades crónicas como enfermedades pulmonares, cardiovasculares o neurológicas, que pueden complicar aún más las infecciones respiratorias.
- Personas con sistemas inmunitarios comprometidos, como aquellas que están recibiendo tratamientos inmunosupresores, personas que viven con VIH o aquellos que recibieron un trasplante de órganos.
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El tratamiento se basa en aliviar los síntomas con jarabes, descongestionantes y apoyo médico.
¿Cuáles son los síntomas del metapneumovirus humano (HMPV)?
Los síntomas
- Tos
- Fiebre
- Secreción o congestión nasal
- Dolor de garganta
- Sibilancias
- Dificultad para respirar (disnea)
- Sarpullido
El tratamiento del metapneumovirus humano (HMPV)
Aunque no existe un tratamiento antiviral específico ni una vacuna para el metapneumovirus humano (HMPV), la atención se enfoca en el manejo de los síntomas y en brindar apoyo médico, especialmente durante los períodos de mayor circulación del virus, como el invierno y la primavera.
El tratamiento para aliviar los síntomas incluye el uso de jarabes expectorantes o antitusivos para la tos, junto con una adecuada hidratación. Los aerosoles y el vapor también pueden ser útiles para reducir la irritación en las vías respiratorias. En cuanto a la fiebre, los antipiréticos como el paracetamol son eficaces, mientras que el descanso y la hidratación son fundamentales para una recuperación adecuada.
Para la secreción o congestión nasal, se pueden utilizar descongestionantes o soluciones salinas nasales, además de inhaladores de vapor para facilitar la descongestión. El dolor de garganta se alivia con pastillas específicas, enjuagues con agua salada tibia y el uso de analgésicos suaves como el paracetamol. Mantener la garganta hidratada es clave para reducir la incomodidad.
En caso de sibilancias, se recomienda el uso de broncodilatadores recetados por un médico, los cuales ayudan a abrir las vías respiratorias. Los inhaladores también pueden ser efectivos para controlar las sibilancias. Para los casos de dificultad para respirar (disnea), puede ser necesario el suministro de oxígeno suplementario y un monitoreo constante, además de la administración de broncodilatadores y esteroides en situaciones más graves.
Por último, el sarpullido que a veces acompaña la infección puede ser tratado con cremas antiinflamatorias o antihistamínicos. Si el sarpullido es grave o persistente, es fundamental consultar a un médico.
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