En el inicio de cada año, el sistema previsional vuelve a girar alrededor de un único número: la inflación del mes previo. Bajo la normativa vigente, los haberes jubilatorios se actualizan de forma automática con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de dos períodos atrás, lo que convierte a noviembre en el mes clave para determinar cuánto cobrarán los jubilados en enero.
Diciembre ya dejó un piso a partir del cual se calculará la variación: la mínima se ubica actualmente en $340.879,59, según el ajuste del 2,34% aplicado por ANSES. Pero ese valor será modificado en cuanto el Indec difunda la inflación de noviembre, prevista para el 11 de diciembre. Ese índice impactará de manera directa en los haberes de enero, sin necesidad de resoluciones adicionales por parte del organismo previsional.
Si la inflación de noviembre se ubica entre 2,1% y 2,5%, la jubilación mínima de enero también aumentaría dentro de ese rango. Con esa banda probable, el haber mínimo quedaría configurado de la siguiente forma:
- Con un IPC del 2,1%, la mínima subiría a aproximadamente $348.037.
- Con un IPC del 2,3%, el haber se ubicaría cercano a $348.710.
- Si el IPC llegara al 2,5%, la mínima rondaría los $349.401, aunque el monto exacto dependerá del redondeo que aplica ANSES.
Estas estimaciones se apoyan en los últimos sondeos de consultoras económicas y en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que coincidieron en ubicar el IPC de noviembre dentro de esa franja, consolidando el piso del 2% que se viene observando desde septiembre.
La publicación oficial del 11 de diciembre terminará de despejar cualquier incertidumbre y confirmará el valor exacto del haber mínimo de enero, que marcará el punto de partida del calendario previsional de 2026.
