Un juez de Los Ángeles resentenció este martes a los hermanos Menéndez, que cumplen cadena perpetua por el asesinato de sus padres en 1989 en una mansión de Beverly Hills.
Esto les permitirá ahora buscar la libertad condicional.
El juez Michael Jesic impuso a Erik y Lyle Menéndez una nueva condena, que puede ir de 50 años a cadena perpetua.
La decisión sobre su posible liberación se tomará en una audiencia de libertad condicional en junio.
Ambos reconocieron haber asesinado a sus padres, Kitty y José Menéndez, pero afirmaron que actuaron en defensa propia tras años de abuso y que ya se rehabilitaron.
Por el contrario, la fiscalía argumentó que los hermanos planearon meticulosamente los asesinatos a tiros para acceder a la fortuna de sus padres, que aún no han asumido su responsabilidad y que no deberían ser liberados.
El infame caso, que ha dado lugar a libros, documentales y dramas, aún divide a Estados Unidos.