Según datos del INDEC, en el noveno mes del año los supermercados vendieron por $1,59 billones, lo cual implicó una contracción interanual del 12,8% y un retroceso del 0,4% en comparación con el mes previo. De este modo, la serie desestacionalizada del organismo mostró que se trató del mes con menor actividad desde abril.
Luego del derrumbe de diciembre, como resultado de la devaluación y la escalada de la inflación, el consumo no da señales de reactivación.
En cuanto a los medios de pago, volvieron a verificarse incrementos reales anuales en las transaccione realizadas con tarjetas de crédito y con “otros medios de pago”, que incluye vales, cuponeras, ticket canasta, gift card, código QR, entre otros. Entre ambos explicaron el 66% del total, cuando un año atrás explicaban menos de un 43%. Como contrapartida, hubo un fuerte retroceso del uso del efectivo y de las tarjetas de débito.
Respecto de los canales de venta, aquellas realizadas de manera online aumentaron 205,8% interanual, mas o menos en línea con la inflación del período (209% el IPC general y 201% la inflación de alimentos). Mientras tanto, hubo una caída real en las transacciones presenciales, aunque siguieron representando más del 95% del total facturado.
A nivel de producto, solo se verificó un aumento interanual real significativo en artículos de limpieza y perfumería. En el otro extremo, los mayores declives se vieron en productos electrónicos y artículos del hogar, indumentaria, calzado y textiles, y bebidas.
Por su parte, las ventas en los autoservicios mayoristas retrocedieron 0,8% mensual, por lo cual interrumpieron de manera veloz el repunte que parecían haber iniciado en el mes previo con un alza del 1,8%. En este caso, el dato de la serie fue menor al de agosto pero superior al de abril, mayo, junio y julio.