Un equipo de científicos ha descubierto que el Glaciar Thwaites en la Antártida, conocido como el “Glaciar del Juicio Final” o “Glaciar del Apocalipsis”, se está derritiendo a un ritmo acelerado, lo que podría desencadenar un aumento catastrófico en el nivel del mar en todo el mundo.
El Thwaites Glacier es un gigantesco campo de hielo de 192.000 km², casi tan grande como la isla de Gran Bretaña. Mide 120 km de ancho y más de 600 kms de largo. El espesor de su hielo alcanza hasta 3 kms.
Desde 2018, la Colaboración Internacional del Glaciar Thwaites (ITGC, por sus siglas en inglés) ha estado estudiando de cerca este gigantesco glaciar con el fin de entender mejor cuándo y cómo podría colapsar. Sus investigaciones, recopiladas en varios estudios, ofrecen la visión más clara hasta el momento sobre este glaciar dinámico y en constante cambio.
El informe, publicado el jueves pasado, describe un panorama sombrío. Los científicos revelaron que la pérdida de hielo se acelerará en el transcurso de este siglo. Rob Larter, geofísico marino del British Antarctic Survey y parte del equipo del ITGC, afirmó que “nuestros hallazgos indican que el retroceso del glaciar se incrementará tanto en magnitud como en velocidad”.
Los modelos sugieren que el colapso del Glaciar Thwaites y la capa de hielo antártica podría ocurrir en los próximos 200 años, lo que tendría consecuencias devastadoras. Este glaciar contiene suficiente agua para elevar el nivel del mar en más de 60 centímetros. Sin embargo, su importancia es aún mayor, ya que actúa como un corcho que sostiene una vasta porción de la capa de hielo antártica. Si colapsa, se estima que el aumento total del nivel del mar podría superar los 3 metros, afectando gravemente a ciudades costeras como Miami, Londres y Daca, así como a islas del Pacífico.
La vulnerabilidad del Glaciar Thwaites no es nueva, pero lo que los científicos han descubierto recientemente es alarmante. La región donde se asienta presenta una pendiente descendente, lo que expone más hielo al agua oceánica relativamente cálida a medida que se derrite.
Laura Paddison describió, en una nota para CNN, que este glaciar ha sido un “comodín” en la comprensión del aumento futuro del nivel del mar. Hasta hace poco, se entendía poco sobre los mecanismos que lo impulsaban. Sin embargo, los experimentos recientes realizados por el ITGC han arrojado luz sobre estos procesos.
Uno de los descubrimientos clave fue posible gracias al uso de un robot submarino llamado Icefin, que permitió a los investigadores observar la línea de apoyo del glaciar, donde el hielo se desprende del fondo marino y comienza a flotar. Esta zona es particularmente vulnerable y su observación por primera vez generó una reacción emocional similar a la llegada del hombre a la luna, según Kiya Riverman, glacióloga de la Universidad de Portland.
Imágenes transmitidas por Icefin revelaron que el glaciar se está derritiendo de maneras inesperadas. El agua cálida del océano logra infiltrarse en las grietas profundas del hielo y forma estructuras similares a escalones que aceleran el proceso de deshielo.
Otro estudio utilizó datos satelitales y GPS para analizar los efectos de las mareas, descubriendo que el agua de mar se infiltra bajo el glaciar por más de 10 kilómetros, acelerando aún más su deshielo.
La historia del “Glaciar del Juicio Final” y el sombrío panorama para el nivel del mar
Investigaciones adicionales, lideradas por Julia Wellner de la Universidad de Houston, analizaron sedimentos marinos para reconstruir la historia del glaciar. Los datos indican que el retroceso del Thwaites comenzó en la década de 1940, probablemente desencadenado por un fuerte evento de El Niño, un fenómeno climático natural que tiende a calentar las aguas oceánicas.
A pesar del panorama sombrío, los científicos han encontrado algunos aspectos positivos. Uno de los mayores temores era que, si se colapsaban las plataformas de hielo de Thwaites, dejarían expuestos enormes acantilados de hielo, que podrían desestabilizarse rápidamente y caer al océano, desencadenando un ciclo de colapso. Sin embargo, las simulaciones por computadora sugieren que este fenómeno, aunque posible, es menos probable de lo que se temía.
No obstante, esto no significa que Thwaites esté a salvo. Los científicos predicen que, para el siglo XXIII, tanto el glaciar como la capa de hielo antártica podrían desaparecer completamente. Incluso si se detuviera el uso de combustibles fósiles de inmediato, podría ser demasiado tarde para salvar el glaciar.
Con el cierre de esta fase del proyecto ITGC, los investigadores afirman que es necesario continuar con más estudios para comprender mejor este glaciar tan complejo y determinar si su retroceso ya es irreversible.
Eric Rignot, glaciólogo de la Universidad de California, Irvine, y parte del equipo del ITGC, expresó su preocupación: “Aunque hemos avanzado, aún existe una profunda incertidumbre sobre el futuro. Sigo muy preocupado de que esta parte de la Antártida ya esté en un estado de colapso”.