La hotelería argentina atraviesa uno de sus peores momentos en años. En plena temporada alta, la ocupación promedio nacional no supera el 50 %, mientras que los niveles de reserva están hasta 40 % por debajo del año pasado. Para sostener la actividad, la mayoría de los hoteles congeló tarifas y aplicó promociones, aunque los resultados no logran revertir la tendencia.
Turismo interno en retroceso
El turismo doméstico, históricamente el motor del sector, también muestra señales de fatiga. En los dos fines de semana largos de junio, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), viajaron 16,6 % menos de personas y el gasto total se redujo en un 27,9 % en términos reales frente al mismo período de 2023. Esta retracción, en un contexto de caída general del consumo, evidencia la menor capacidad de los hogares para destinar recursos a actividades recreativas.
Una pérdida generalizada de empleo
Sergio Abalo, gerente general de CT Hoteles, detalló el impacto en los recursos humanos: “La tendencia en destinos como Iguazú indica una pérdida de entre el 30% y 40% de los puestos relacionados al servicio. Las ocupaciones son bajas, las tarifas están por debajo de las del año anterior y los costos aumentaron. En nuestro caso hicimos lo posible por sostener las fuentes de trabajo, porque cuesta mucho volver a formar personal calificado”.
Con una temporada baja muy marcada en mayo y junio, y una temporada de vacaciones que no es la esperada como en otros años, Abalo sostuvo que las pérdidas son insostenibles para hoteles con tarifas bajas y ocupación mínima. El costo de la materia prima, los servicios, los impuestos y los salarios se disparó. Muchos establecimientos no pueden sostener sus estructuras, ni siquiera con promociones activas”.
Iguazú: vuelos llenos, hoteles vacíos
El caso de Puerto Iguazú refleja una contradicción creciente: “Los vuelos llegan llenos, pero los turistas duermen en Brasil. Ingresan para visitar las Cataratas, pero se alojan y consumen en Foz de Iguazú (del lado brasileño), donde encuentran mejores precios y servicios. Iguazú enfrenta un vaciamiento hotelero a pesar del movimiento aéreo”, explicó Abalo.
El gerente remarcó que la pérdida de competitividad frente al vecino país es cada vez más pronunciada: “El turista internacional compara costos, y Argentina dejó de ser atractiva. Los precios relativos de hotelería, gastronomía y transporte hacen que muchos elijan dormir del otro lado de la frontera, incluso si pasan el día en el Parque Nacional Iguazú”.
Santiago del Estero: caída y eventos
Desde Santiago del Estero, el subsecretario de Turismo de la provincia, Nelson Bravo, describió una situación más estable: “Este año estamos en 90% de ocupación, frente al 100 % del año pasado. La caída es evidente, pero la infraestructura desarrollada en los últimos 15 años y los eventos constantes nos permiten mantener niveles de actividad por encima del promedio nacional”.
Bravo explicó que Santiago depende casi exclusivamente del turismo interno y que el turismo receptivo solo se activa en ocasión de grandes eventos deportivos o congresos internacionales. “Tenemos un calendario sostenido: partidos en el estadio Único, competencias de BMX, eventos de hockey, foros académicos, convenciones. Esa rotación constante nos permite mantener activa la plaza todo el año”.
El funcionario destacó la estrategia provincial: “No se trata de subsidiar la actividad, sino de generarla. La clave es que el turista circule, que se mueva la economía. Eso solo se logra con inversión, coordinación y continuidad de políticas. El turismo es una cadena de valor que integra a muchos sectores”.
Datos de ocupación por región
Los registros disponibles muestran los siguientes niveles promedio según datos disponibles en el portal CEIC Data (Hotel Occupancy Rate by Region–Argentina):
- Patagonia: 59%.
- CABA: 53–55%.
- Centro (Córdoba, Santa Fe): 53%.
- Litoral: 44%.
- Cuyo: 34%.
- NOA: 31%.
Turismo receptivo en caída
Abalo advirtió que los hoteles de mayor categoría también están siendo golpeados: “Estimamos una caída del 20 al 30% en la llegada de extranjeros durante el primer semestre. En Buenos Aires, cadenas de cinco estrellas confirman una baja de hasta 40% en reservas anticipadas. Lo más preocupante no es solo lo que ya se perdió, sino lo que no se está vendiendo: el segundo semestre, que concentra la llegada de turistas del hemisferio norte, muestra niveles históricamente bajos de reservas”.
“Ese segmento representa hasta el 60 % del ingreso anual para muchos hoteles premium. La inflación, la falta de competitividad cambiaria y la incertidumbre desalientan la planificación anticipada. Muchos operadores internacionales directamente sacaron a Argentina de sus catálogos para este año”, agregó.
Medidas del sector para resistir
Frente a este escenario, los hoteles activaron promociones 4×3, descuentos del 30%, alianzas con plataformas de beneficios, digitalización de procesos, optimización de espacios y ofertas orientadas al público local.
Abalo agregó que “el objetivo es sostener la actividad, evitar despidos y resistir la crisis”.
Presión fiscal y competencia informal
Desde el sector sostienen que la hotelería también sufre una estructura tributaria asfixiante, competencia informal sin regulación y pérdida de competitividad en dólares frente a sus vecinos regionales.
“La falta de incentivos, previsibilidad y apoyo financiero deteriora la capacidad de sostener el empleo y captar turismo de calidad”, afirmó Abalo.
Reclamos y agenda sectorial
El sector privado identifica una serie de medidas urgentes:
- Reducción de la carga impositiva y los costos operativos.
- Promoción internacional sostenida del destino “Argentina”.
- Conectividad aérea más amplia y federal.
- Regulación del alquiler temporario informal.
- Apoyo financiero e incentivos a la inversión formal.
- Relocalización del paso fronterizo en Iguazú.
“El posicionamiento internacional del destino es clave. Si Argentina no está presente en ferias como FITUR, ITB Berlín o WTM Londres, no se genera demanda. Además, necesitamos corredores turísticos entre provincias sin pasar por Buenos Aires. Y acceso al crédito para sostener estructura y modernización”, concluyó Abalo.
Para el segundo semestre, las expectativas siguen en baja. Sin un repunte del consumo ni una estrategia nacional coordinada, el sector hotelero proyecta otro semestre con caída de demanda y pérdida de empleo.