En una noche marcada por sanciones inesperadas y decisiones técnicas que sacudieron al paddock, el argentino tuvo una de sus fechas más difíciles: un toque en la largada dañó su Alpine, lo dejó sin ritmo y terminó 15 por varios abandonos.
El Gran Premio de Las Vegas de Fórmula 1 dejó atrás cualquier guion previsible y se transformó en una de las jornadas más disruptivas del año. Lo que comenzó con incidentes en la largada terminó virando hacia un terremoto reglamentario: horas después de la celebración en el podio, que tuvo como ganador a Max Verstappen, seguido de Lando Norris y George Russell en el podio, la FIA decidió excluir a los dos McLaren por irregularidades técnicas, alterando por completo el panorama del Mundial de Pilotos.
Franco Colapinto y una carrera compleja en Las Vegas
La noche fue igualmente amarga para Franco Colapinto. Aunque su Alpine cumplió con las normas, el argentino quedó sentenciado desde el primer metro: un toque de Alexander Albon dañó su difusor y lo obligó a transitar las 50 vueltas con un auto sin carga aerodinámica en un circuito que ya ofrecía poco agarre por temperatura y asfalto. Su avance final del 17º al 15º solo fue estadístico. “Es bueno seguir dando todas las vueltas, es bueno seguir completando las carreras a pesar de tener daños, pero da bronca no haber sido competitivo”, lamentó.
Mientras tanto, el foco mayor se posó sobre McLaren. Las autoridades detectaron que el bloque de deslizamiento posterior de ambos autos no alcanzaba el espesor mínimo de 9 milímetros. Tras escuchar por separado a Lando Norris, Oscar Piastri y a sus representantes, la FIA tomó una decisión inédita para la escudería fundada en 1966: desclasificar a los dos coches en una misma fecha. Así, Norris perdió los puntos del segundo lugar y Piastri los del cuarto, reconfigurando un campeonato que parecía encaminado.
El movimiento en los escritorios elevó a Verstappen, que había dominado en pista, y mejoró las posiciones de todos los pilotos detrás suyo. Mercedes capitalizó con el segundo y tercer puesto, Ferrari escaló en bloque y varios equipos aprovecharon el inesperado reordenamiento.
Para Colapinto, en cambio, no hubo rescate estadístico que aliviara una carrera cuesta arriba. Además del golpe inicial, su parada en boxes volvió a exponer la debilidad del equipo: cuatro segundos que, si bien no cambiaban su suerte, añadieron frustración a una noche complicada. Su compañero Pierre Gasly tampoco salió indemne del caos inicial y terminó lejos de los puntos.
Entre choques, sanciones y sorpresas, Las Vegas dejó una certeza: el final del campeonato será mucho más tenso de lo que parecía al caer la bandera a cuadros.
