Entre los afectados figuran secretarios privados, la oficina financiera, el equipo de comunicaciones y personal del hogar, algunos de los cuales con décadas de antigüedad, que recibieron la noticia en medio del servicio religioso en honor de la reina en la catedral de Saint Giles, en Edimburgo.
“Todo el mundo está furioso, incluidos los secretarios privados y el equipo de mandos. Todo el personal había estado trabajando muy duro desde la noche del jueves (cuando murió Isabel II) para encontrarse con esto… La gente está muy alterada”, difundió “The Guardian”.