El primer ministro Naftali Bennett oficializó este lunes un sorpresivo llamado a los comicios. Serán los quintos en los últimos tres años. De momento lo reemplazará su principal socio, Yair Lapid.
El acuerdo de coalición entre Bennett y Lapid también preveía la rotación entre ambos al frente del Ejecutivo y la sustitución de Bennett por Lapid en caso de disolución del Parlamento.
Si el proyecto de ley de disolución del Parlamento es aprobado por los diputados, Yair Lapid se convertirá en el nuevo primer ministro de Israel hasta que se forme un nuevo gobierno.
Naftali Bennett “antepone los intereses del país a sus intereses personales”, dijo Lapid, que ya debería ser primer ministro durante la visita del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el 13 de julio, su primera a Israel desde que asumió el cargo en enero de 2021.
La coalición tuvo que enfrentarse a la cuestión de la renovación de la ley sobre los colonos, que permite aplicar las leyes israelíes a los más de 475.000 colonos israelíes que viven en la Cisjordania ocupada.
Este texto, en vigor desde el inicio de la ocupación israelí de Cisjordania, en 1967, es ratificada cada cinco años por el Parlamento.
Pero la oposición, que apoya mayoritariamente esta ley, logró el 6 de junio reunir una mayoría de votos contra la renovación del texto, con la esperanza de mostrar las tensiones internas de la coalición.
La ley debía renovarse antes del 30 de junio o los colonos israelíes en Cisjordania perderían su protección legal bajo la ley israelí. Sin embargo, si la Cámara se disolvía, la ley se prorrogaba automáticamente.
“Con la expiración de esta ley, Israel se arriesgaba a sufrir graves problemas de seguridad y un caos jurídico. No podía aceptarlo”, dijo Bennett, jefe del grupo de derecha radical Yamina, para justificar la disolución del Parlamento.
En las semanas previas a esa votación, la coalición ya había perdido su mayoría con la salida de una diputada del partido Yamina. Y desde esa votación, otro miembro de este partido de derechas, Nir Orbach, ha amenazado con dejar de apoyar al gobierno.
En este contexto, la oposición liderada por el ex primer ministro Benjamin Netanyahu, acusado de corrupción en una serie de casos, amenazó con presentar un proyecto de ley para disolver el Parlamento el miércoles 22 de junio.
Pero la coalición quiso tomar la iniciativa y solicitó la disolución del Parlamento, que, de ser aprobada, llevará a nuevas elecciones el 25 de octubre, según los medios locales. Serán los quintos comicios en menos de cuatro años en Israel.
Los últimos sondeos siguen situando al Likud, el partido de Netanyahu (derecha), a la cabeza en intención de voto, pero sin superar el umbral de la mayoría (61 diputados de los 120 del Parlamento) junto a sus aliados de las formaciones ultraortodoxas y de la extrema derecha.
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