Las mayores tasas de irregularidad en los créditos se vieron en las divisiones de préstamos personales y tarjetas de crédito. Sucedió en un mes de fuerte volatilidad en las tasas de interés.
Sin embargo, vale destacar que, entre el 14 de julio y el 18 de agosto, la tasa nominal anual (TNA) de los adelantos se disparó desde el 31% al 93%. Por ende, no sería sorprendente que los datos de agosto vengan con peores datos en el segmento empresarial.
“Los adelantos en cuenta corriente a empresas continuaron su tendencia decreciente y acumulan una contracción de casi $1 billón (-10,6%) desde el 10 de julio. La caída de los saldos de financiamiento responde a la dinámica de las tasas que se triplicaron y amenazan con poner en riesgo las cadenas de pago de sostenerse en estos niveles durante mucho tiempo”, había señalado la consultora C-P en un informe publicado el mes pasado.
Dicho descalabro fue acelerado a partir del giro en la política monetaria implementada por el Gobierno, que pasó un esquema de agregados monetarios en el cual busca fijar la cantidad de dinero de la economía y no el precio (es decir, la tasa).
En ese marco, las dificultades del equipo económico para canalizar el dinero de los bancos y la creciente presión sobre la demanda de dólares, con un BCRA sin acumulación de reservas, abrieron un escenario de fuertes incrementos en los retornos en pesos desde fines de julio.
Luego de ese fuerte ascenso inicial, el costo del endeudamiento de las empresas llegó a ubicarse por debajo del 50%, aunque en los últimos dos días hábiles parecería estar rebotando de nuevo ante la gran inestabilidad cambiaria.
En el caso de los préstamos personales la TNA ya venía elevada, desde hace prácticamente un año en la zona del 70%. Aun así, en los primeros días de septiembre se llegó a ver un retorno superior al 85% y actualmente el porcentaje está cerca del 80%.