La Universidad Católica Argentina (UCA) presentó el informe “Argentina siglo XXI: deudas sociales crónicas y desigualdades crecientes. Perspectivas y desafíos”, en el que dio a conocer los números de la pobreza en el país, que han tenido un leve avance respecto al 2022.
Así observó que la Argentina tiene un 44,7% de pobreza y un 9,6% de indigencia. Es decir que en la actualidad, más de 20 millones de argentinos no cumplen con las necesidades básicas de salarios, salud, educación y alimentación.
De este modo, entre pobres e indigentes, se puede inferir que en la Argentina unas 22 millones de personas se encuentra en ese espectro socioeconómico y tienen, por lo menos, algún tipo de carencia ya sea en la asistencia social, educación y salud.
Según Agustín Salvia, director de ODSA, “estamos viendo un fin de ciclo socioeconómico que arrancó en los ´90 con la convertibilidad” y que tras la crisis de 2001, “hubo expansión del consumo mientras subió la inflación, en contrapartida no hubo generación de empleo ni inversiones” para mover el sistema productivo laboral, explicó.
Este combo de caída de la inversión, estancamiento del empleo pleno y el fuerte gasto público (especialmente en materia social) es el que disparó en los últimos años los niveles de pobreza.