Nicolas Sarkozy se convirtió en el primer expresidente francés en pisar la cárcel, donde ingresó hoy para cumplir una condena de cinco años por conspirar para financiar su campaña electoral con dinero del difunto dictador libio Muamar el Gadafi.
Desde que el líder colaboracionista nazi Philippe Pétain fuera encarcelado por traición en 1945, ningún otro exjefe de Estado francés había entrado en prisión.
Sarkozy, que fue presidente entre 2007 y 2012, ha recurrido su condena en la prisión de La Santé, donde ocupará una celda de unos 9 m² en el ala de aislamiento.
Esta mañana, un centenar de personas aplaudió a Sarkozy cuando salió de su villa en el exclusivo distrito 16 de París, de la mano de su esposa Carla Bruni-Sarkozy.
Su hijo Louis, de 28 años, pidió a sus seguidores que le mostraran su apoyo, mientras que otro hijo, Pierre, pidió un mensaje de amor: “nada más, por favor”.
Nicolas Sarkozy, de 70 años, fue conducido a las 09:40 (07:40 GMT) a la entrada de la famosa prisión del siglo XIX situada en el barrio de Montparnasse, al sur del río Sena, mientras decenas de agentes de policía acordonaban la mayor parte de las calles circundantes.
El expresidente conservador sigue proclamando su inocencia en el controvertido asunto del dinero libio y publicó un mensaje en X mientras lo llevaban a la cárcel, en el que aseguraba que “No tengo ninguna duda. La verdad triunfará. Pero el precio que habrá que pagar habrá sido abrumador”.
“Con fuerza inquebrantable, le digo (al pueblo francés) que no es a un expresidente a quien están encarcelando esta mañana, sino a un hombre inocente”, escribió.
“No soy digno de lástima porque mi esposa y mis hijos están a mi lado… pero esta mañana siento una profunda tristeza por una Francia humillada por un deseo de venganza”.
Sarkozy aseguró que no quiere ningún trato especial en la prisión de La Santé, aunque fue recluido en la sección de aislamiento por su propia seguridad, ya que entre los reclusos del centro hay traficantes de drogas o condenados por delitos de terrorismo.