Según detalló Giroldi, “la naranja se va a cosechar, el efecto de la helada la quema, la fruta se desprende (se corta la savia de la fruta) y ahora comienza un proceso de secado. Por ahora se sigue cosechando, pero se suspendió la exportación porque ya se llenaron los depósitos. Todos comenzaron a enviar naranjas a las industrias y los que no lo hicieron deberán resolver la comercialización en el mercado interno”.
En todos los casos, las pérdidas no sólo perjudican a los productores, sino también a toda la cadena productiva que incluye cosecha, empaque, transporte y comercialización. Por ahora no hay preocupación en el abastecimiento, ya que la mayor producción de cítricos se extrae de las provincias de Entre Ríos y Corrientes, donde los cultivos no fueron afectados en gran proporción.
Rodrigo Balcas, productor de hortalizas en Tucumán aseguró a este medio que “las heladas fueron muy fuertes. Hace 30 años que no se ve una helada como la que sufrimos y las pérdidas en frutillas fueron muy fuertes. En Lules -una zona de pedemonte- también pasó la helada y no dejó nada de las hortalizas, como tomate, pimiento, zapatitos. Ahora quedamos atrasados en las plantaciones. Fue algo inesperado y ahora debemos comenzar de nuevo, reinventarnos.
El tomate, que se dañó en las zonas productivas del norte de nuestro país, es uno de los productos que más aumentó en los últimos días en las verdulerías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El kilo se consigue en torno a los $8.000 cuando un valor normal se ubica por debajo de los $2.500.
En este sentido, Mariano Winograd, productor frutihortícola y experto en temas vinculados al consumo de frutas y verduras, explicó a Ámbito que “el tomate en este momento no proviene del cinturón hortícola de La Plata, sino que viene del norte y de Corrientes”. La afectación en esas zonas fue tan importante que en varias verdulerías se pueden conseguir tomates que llegaron desde Paraguay, por eso los valores mas altos.
Otros de los productos “gourmet” que incrementó fuertemente su precio es el alcaucil, que sí se produce en el cinturón hortícola de La Plata. Su precio ronda los $4.500 la unidad y sin dudas es uno de los que menos posibilidades tiene de figurar en la lista de las amas de casa. No es para menos, ya que con ese mismo dinero muchos optan por comprar un kilo de carne.
Según explicó Winograd, “en lo que respecta a hortalizas de hoja (brócoli, coliflor, acelga, espinaca, repollo) ahí sí el cinturón hortícola tiene incidencia, alguna parte de la producción de lechuga se hace en invernáculo y otras a campo y ahí puede haber un faltante de oferta. De todas maneras el consumo de verdura de hoja en invierno no es elevado. Hace años que no se recuerda un invierno tan fuerte”.
Cada vez que ocurre un evento climático de esta magnitud -en este caso las heladas- vale la pena preguntarnos si el daño es realmente inevitable. Al respecto, Winograd aseguró que las heladas no siempre implican una pérdida productiva. “Creo que habría que discutir la incorporación de tecnología. En Argentina es muy precario lo instalado para la protección de las hortalizas en el invierno, muy diferente a lo que por ejemplo se puede ver en Paraguay. Quiere decir que esto es atribuible al caos económico de la Argentina y no a la pereza o ignorancia de los productores”, señaló el experto.
Lo mas importante a partir de ahora es esperar que no vuelvan las heladas -al menos no tan prolongadas- y que vuelvan las lluvias, ya que cuanto más humedad hay en el suelo, menor es el daño que se produce en la mayoría de los cultivos mencionados.
Otro aspecto fundamental es el impacto que la menor producción puede tener en los precios, algo que preocupa a toda la población, especialmente en un momento en el que el consumo cayó drásticamente en todo tipo de bienes alimenticios.
Si bien ya hubo aumentos en productos muy específicos, es probable que los precios en las verdulerías encuentren un techo que no estará demasiado alto, ya que ingresamos en la segunda mitad del mes y los bolsillos ya vienen flacos desde hace varios días. La crisis economía en los hogares no deja margen para elegir y eso los comerciantes no sólo lo saben sino que lo viven día a día.
Ámbito