Ante la muerte del Papa Francisco, los rituales fúnebres comenzarán este miércoles en la Basílica de San Pedro, y la sepultura está prevista entre el 25 y el 27 de abril, una vez que se le rindan los honores correspondientes. Su cuerpo será trasladado allí para la última despedida de los fieles.
Inmediatamente después de la noticia de su muerte, el Vaticano entró en un periodo de “sede vacante”, lo que puso en marcha una serie de rituales que incluyen la confirmación de su muerte, la destrucción de su anillo y sello papal, y el traslado del ataúd a la Basílica de San Pedro, donde el público podrá rendirle su último adiós.
Una vez realizada la misa fúnebre, se procederá a su entierro.
Las exequias deben celebrarse entre el cuarto y sexto día después de su fallecimiento, lo que da inicio a nueve días de luto oficial, conocidos como novendiali. A lo largo de este tiempo, los cardenales llegarán a Roma para participar del cónclave que elegirá al nuevo líder de la Iglesia.
Este proceso deberá comenzar entre 15 y 20 días después de la declaración de “sede vacante”, aunque podría adelantarse si los cardenales lo acuerdan.