El Gobierno ultima los detalles de un paquete de medidas que apuestan a que los argentinos vuelquen unos u$s200.000 millones que como se dice coloquialmente guardan “en el colchón”. Y para que ocurra, el discurso oficial, que expresa el propio presidente Javier Milei, es que el Estado no debe indagar sobre el origen de esos fondos.
“Me parece un horror que uno no pueda usar sus dólares libremente”, sostuvo Milei e insistió con que a nadie, en especial el Estado, debe importarle el origen. “No me importa en lo más mínimo de dónde se sacan los dólares: la Justicia se tiene que encargar de lo suyo”, afirmó.
Desde su punto de vista, “no hay que mezclar el delito con la economía”. Es decir, si los dólares están en el sistema no es un problema que deba atacar la economía. “Queremos un sistema donde la gente sea libre de usar su dinero como mejor le parezca”, reiteró. “Es un blanqueo sin pago de impuestos, sí, pero es también una herramienta de libertad. Que haya competencia de monedas es parte del cambio estructural que estamos impulsando”, agregó.