Por un lado, están los seis dirigentes que integran el flamante frente Provincias Unidas: Pullaro, Llaryora, Valdés, Sadir, Torres y el santacruceño Claudio Vidal. La escudería “federal” se estrenó con una cosecha magra: de los seis territorios que comanda, solo se impuso en Corrientes. En Córdoba y Santa Fe, tuvo derrotas altisonantes. También cayó en los otras ocho plazas donde compitió, siempre relegado por LLA y, en algunos casos, por el peronismo.
Pese a los números flacos -alejados de los que imaginaban cuando se lanzaron a la aventura- PU intentará conformar un bloque de 20 diputados en el Congreso, lo que los convertiría en jugadores clave a la hora de terciar entre el Gobierno y la oposición. El mileismo apela a seducir y/o desmembrar esta bancada todavía en ciernes.
Los gobernadores ya habían advertido que estaban dispuestos a sentarse a discutir las reformas fiscal y laboral. “Tenemos que darle sensatez a los debates. Tenemos que tener un equilibrio sobre aquellos que tienen impuestos y deben generar puestos de trabajo”, sostuvieron en la antesala de los comicios.
Ahora, con la convocatoria presidencial sobre la mesa, aseguraron que tienen expectativas en que sea un encuentro para discutir reformas estructurales. “Hoy hay una gran oportunidad para lograr acuerdos que permitan la reforma laboral; la tributaria; la previsional; del Código Penal; entre muchas otras”, aseguraron desde un distrito que conforma el bloque.
En otra provincia que participará del cónclave descartaron planteos conjuntos de los líderes para con Nación: “No hay ningún margen para que los gobernadores vayan organizados con algo”. “Hay gobernadores que ganaron por el 50%, otros que ganaron de pedo y otros perdieron muy mal. El que dispone la agenda ahora es el Presidente. Habrá que ver qué temas pone sobre la mesa y en base a eso se verá”, reflexionaron.
Este lunes, en diálogo con la prensa, Pullaro anticipó que “acompañarán todo lo que creemos que está bien y todas las reformas que creemos que hay que llevar adelante: reforma laboral, impositiva”. El mandamás radical afirmó que “no podemos tener la carga tributaria que tenemos en la Argentina” y que se deben eliminar impuestos”, entre los que destacó a las retenciones y al impuesto al cheque.
A la par, pidió “tener mejores leyes laborales, no para los empresarios solamente, sino con una mirada pyme y también para los trabajadores”. “Para generar empleo. Vamos a trabajar, pero siempre defendiendo a Santa Fe y al interior productivo”, concluyó.
En el ecosistema de apoyos a la Casa Rosada, son fijas los mandamases que cerraron alianzas electorales con la escudería de Milei: Frigerio, Cornejo y Zdero. Los tres cosecharon victorias sobre el peronismo en sus pagos y salieron victoriosos del acuerdo. Misma situación atravesó Jorge Macri, quien aceptó a regañadientes la pax con los apóstoles presidenciales, rápidos de reflejos para entorpecer en la Legislatura los planes del gobierno porteño.
La administración de Milei también espera seducir a las fuerzas provincialistas. Todas fueron derrotadas el domingo. En Río Negro, la marca del gobernador Alberto Weretilneck quedó tercera y perdió las dos bancas que ponía en juego: una en diputados y otra en el Senado. El poder de fuego del mandamás patagónico quedó seriamente condicionado de cara al futuro. La Neuquinidad, de su vecino Rolando Figueroa, no pudo ganar, pero se ubicó segunda y obtuvo una banca en la Cámara alta y otra en la baja.
El misionero Hugo Passalacqua fue vencido por los libertarios y apenas consiguió retener el escaño que a partir de diciembre ocupará el exgobernador Oscar Herrera Ahuad. El salteño Gustavo Sáenz, en tanto, se alzó con la medalla de plata y ubicará a un alfil propio en cada recinto.
La reunión de este jueves será prácticamente inédita para Javier Milei. Aunque al principio de su mandato recibió a los 24 caciques en la Casa Rosada, luego fue delegando esos encuentros en Francos y otros funcionarios. En vez de eso, el Presidente prefirió, cada vez que el escenario lo ameritaba, juntarse con un puñado de mandatarios dialoguistas, evitando las fotos robustas y altisonantes. De hecho, la última voluminosa que se recuerde en ese sentido tuvo lugar el 9 de julio del 2024, en el marco del Pacto de Mayo.
