Cinco años después de los primeros reportes del COVID-19 en el mercado de Wuhan, China, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un análisis exhaustivo sobre el impacto global de la pandemia.
Según el informe, hasta el 10 de noviembre de 2024 se confirmaron más de 776 millones de casos en 234 países, junto con un saldo de más de 7 millones de muertes. Estas cifras, que reflejan el alcance histórico de la crisis sanitaria, muestran la magnitud del desafío que enfrentó el mundo.
La enfermedad conocida como COVID-19 es provocada por el coronavirus SARS-CoV-2. La OMS fue informada por primera vez sobre la aparición de este virus el 31 de diciembre de 2019, tras reportarse un grupo de casos de neumonía viral en la localidad china de Wuhan.
Cuáles fueron los años más críticos de la pandemia
El análisis resalta que 2020, 2021 y 2022 fueron los años con mayor número de fallecimientos relacionados con el COVID-19. Este periodo coincide con los primeros momentos de la pandemia, cuando la inmunidad colectiva era baja y las vacunas aún no estaban disponibles de forma masiva.
La OMS atribuye la posterior disminución de muertes al incremento de la inmunidad global, tanto por la vacunación como por las infecciones previas. Esto permitió que los sistemas sanitarios redujeran la letalidad y respondieran con mayor eficacia a los casos graves.
En el periodo más reciente analizado, entre el 14 de octubre y el 10 de noviembre de 2024, se registraron 200.000 nuevos casos y 27 muertes a nivel mundial.
Estas cifras reflejan una caída del 39% en los contagios y del 36% en las muertes en comparación con los 28 días previos. Sin embargo, la OMS advierte que estos datos deben interpretarse con cautela, ya que muchos países han reducido significativamente las pruebas y la notificación de casos. Pese a esta limitación, el organismo señala que el descenso general es un reflejo del impacto positivo de las estrategias de prevención.
Cobertura desigual de vacunación contra el COVID-19
La vacunación contra el COVID-19 fue el pilar clave para controlar la pandemia. Según la OMS, hasta finales de 2023, el 67% de la población mundial completó la serie primaria de vacunación, mientras que un 32% recibió al menos una dosis de refuerzo.
Sin embargo, la desigualdad sigue siendo evidente: solo el 5% de los habitantes en países de ingresos bajos tuvo acceso a dosis de refuerzo. Para 2024, la organización adoptó un enfoque diferente al evaluar la vacunación, enfocándose en la cobertura anual de las vacunas.
El desafío del COVID prolongado
El 29% de los pacientes hospitalizados desarrolló neumonía, mientras que la letalidad general se situó en el 8,2%. Aunque las admisiones en UCI han disminuido desde su pico en 2021, las cifras revelan la necesidad de estrategias de atención a largo plazo.
Además, la afección conocida como Covid persistente o prolongado continúa siendo un desafío importante, y afecta al 6% de los infectados sintomáticos. Según la OMS, la mayoría de los casos se producen tras infecciones leves, lo que refleja el volumen masivo de contagios. La vacunación parece reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta condición.
Con esta información, la OMS no solo busca reflejar la evolución de la pandemia, sino también subrayar la importancia de mantener una vigilancia activa y fortalecer los sistemas sanitarios frente a futuros desafíos.
¿Qué pasa hoy al tener COVID-19?
A medida que disminuyen las tasas de pruebas, resulta cada vez más complejo determinar cuántas personas contraen COVID-19 y no buscan tratamiento, señala la OMS. En los primeros meses de la pandemia, se estimaba que el 15% de los infectados desarrollaban cuadros graves que requerían hospitalización y oxígeno. Actualmente, las proyecciones indican que solo el 3% de los casos necesitan atención hospitalaria.
Este cambio responde a varios factores: la inmunización masiva, las mutaciones del virus (particularmente las variantes ómicron) y la mayor disponibilidad de tratamientos específicos.
La mayoría de las personas se recuperan sin requerir hospitalización, pero quienes enfrentan un alto riesgo de enfermedad grave deben recibir atención médica inmediata. La OMS ha desarrollado recomendaciones sobre tratamientos farmacológicos eficaces para mejorar los resultados y reducir las hospitalizaciones. Es crucial identificar a tiempo a los pacientes que desarrollan cuadros severos para evitar complicaciones como insuficiencia respiratoria, síndrome séptico, trombosis e insuficiencia multiorgánica, las cuales pueden incluir lesiones en órganos vitales como el corazón, hígado y riñones.
En casos raros, los niños pueden presentar un síndrome inflamatorio grave semanas después de la infección, lo que exige vigilancia constante y protocolos específicos de atención.
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