La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó la primera muerte en humanos por un subtipo de gripe aviar. El 24 de abril, un residente de México falleció a los 59 años luego de haber desarrollado fiebre, dificultad para respirar, diarrea, náuseas y malestar general, informó el organismo internacional.
Se trata del primer caso humano con gripe aviar del subtipo H5N2 confirmado en laboratorio a nivel mundial y la primera infección por el virus H5 en una persona reportada en México.
Según la OMS, la víctima fatal no tenía antecedentes de exposición a aves de corral u otros animales pero sí múltiples condiciones médicas subyacentes: antes de los síntomas agudos, había estado postrada en cama por otras razones, indicó la OMS.
Según el organismo de salud de la ONU, los casos de H5N2 afectaron a aves de corral en el estado de Michoacán en marzo, así como en el Estado de México.
Para la OMS, hasta el momento es imposible establecer un vínculo entre el caso humano y las infecciones en aves de corral, estimando el riesgo para las personas como “bajo”.
El subtipo H5N2, menos frecuente que el H5N1, ha estado propagándose durante semanas entre rodeos de vacas lecheras en Estados Unidos, con un pequeño número de casos reportados entre humanos.
Gripe aviar en humanos
Según la OMS, la exposición a los virus de la gripe aviar puede provocar tanto la infección como la enfermedad en el ser humano, con síntomas leves parecidos a los de la gripe o inflamación ocular, como así también complicaciones respiratorias agudas y/o la muerte.
La gravedad de la enfermedad depende del virus causante de la infección y de las características de la persona contagiada. En raras ocasiones se han notificado síntomas gastrointestinales y neurológicos.
“La tasa de letalidad en el caso de las infecciones en seres humanos por virus de los subtipos A(H5) y A(H7N9) es superior a la de las infecciones por gripe estacional”, señala el organismo sanitario internacional.
Factores de riesgo
El principal factor de riesgo de infección en seres humanos parece ser la exposición a aves de corral infectadas, vivas o muertas, o a entornos contaminados, como los mercados de aves vivas.
Otros factores de riesgo incluyen el sacrificio, el desplume y la manipulación de carcasas de aves de corral infectadas, así como la preparación de las aves para el consumo en los hogares.
La OMS considera que “no hay evidencias que permitan pensar que los virus A(H5), A(H7N9) u otros virus de la gripe aviar pueden transmitirse al ser humano a través de aves de corral o huevos preparados y cocinados adecuadamente”.